Volta para a capa
Grandes enrevistas

              

  V.S. Naipaul
Entevista realizada em 2004 e publicada no site http://maxvergarapoeti.blogspot.com.br (21/4/2015)


Sir Vidiadhar Surajprasad Naipaul nació el 17 de agosto de 1932 en Chaguanas, Trinidad, a donde sus ancestros emigraron desde India — su abuelo materno, a la vuelta del siglo pasado, había zarpado de ese país como un sirviente desdentado.

En su ensayo "Prólogo a una autobiografía", Naipaul escribió: "La mitad del trabajo de un escritor [...] es el descubrimiento de su tema. Y el problema para mí fue que mi vida había sido muy dispar, llena de levantamientos y movimientos: desde la casa hindú de mi abuela en el campo, todavía muy cercana a los rituales y las maneras sociales de una aldea en la India; luego Puerto España, con su raza negra, y la vida tipo G.I. de sus calles, y la otra vida ordenada en mi escuela inglesa colonial, que se llama Queen's Royal College, y posteriormente Oxford, Londres y los trabajos independientes en la BBC. Intentando comenzar así como escritor, no supe en qué concentrarme."Tras dos intentos fallidos escribiendo novelas y tres meses antes de su vigésimo tercero cumpleaños, Naipaul encontró ese comienzo en el recuerdo de infancia de un vecino suyo en Puerto España. El recuerdo brindó la primera oración de "Miguel Street", libro que escribió, en seis semanas de 1955, en su habitación de trabajo de la BBC en el Hotel Langham, donde trabajaba medio tiempo editando y presentando programas literarios para el Servicio Radial del Caribe. El libro sería publicado solo hasta 1959, tras el éxito de "El sanador místico" (1957), que recibió el John Llewellyn Rhys Memorial Prize. Luego vendría "The Suffrage of Elvira" en 1958, que le mereció el Somerset Maugham Award. "Una casa para el señor Biswas" apareció en 1961, y en 1971 Naipaul recibió el Premio Booker por "In a Free State". Desde entonces han aparecido muchas novelas más y libros de no ficción.Naipaul fue convertido en Caballero en 1990 por su servicio a la literatura británica, y en 2001 obtuvo el Premio Nobel de Literatura.

En conversación con Naipaul, uno encuentra que los temas e ideas siempre son altamente sutiles y complejos — en los que permanentemente lo obliga a uno a estar muy despierto, a menos que uno solo vea todas las cosas en monocromo —, pero su voz, el lenguaje que busca su voz, sale transparente de las ofuscaciones y vaivenes. Es cierto, uno lo comprueba, Naipaul puede ser un compañero muy difícil. La humildad de sus comienzos, sus tediosas luchas por sobrevivir, la escala sorprendente de sus inicios artísticos claramente han creado en él profundas neurosis — a la edad que tiene, sus circuitos neuróticos siguen transportando esa negativa corriente. Pese a estos extremismos, y el aire tenue de impredecibilidad que rodea cualquier interacción con él, Naipaul es a fin de cuentas un conversador placentero. La entrevista es una recopilación de dos encuentros con Naipaul en Nueva York y en Wiltshire, en 2004. Parte de la entrevista neoyorquina sucedió en el Hotel Carlyle de Manhattan, su favorito. Al recibirme, Naipaul me hizo esperar varios minutos mientras reacomodaba el mobiliario de su suite en un esfuerzo de detectar la silla más propicia para su espalda. Fue muy gentil. Naipaul tiene el hábito de quitarse las gafas antes de responder a alguna pregunta, o hacer un comentario más profundo, aunque creo que el único efecto mayor que tiene es aumentar su expresión escrutinadora y su siempre actitud mentalmente vigilante. Aunque Naipaul se había negado al principio ha acceder a mi encuentro, finalmente cedió, por la intervención de un amigo que lo conocía, y que acompañó la sesión. Naipaul, el monstruo odiado por muchos, se sentó y por más de media hora nos relajó en una conversación que parecía no tener fin primero sobre Ian McEwan y los nuevos escritores británicos (ante los que no es muy benevolente), hasta comenzar a tratar los aspectos personales de su vida y carrera.

La última parte de sus ideas fueron reveladas en Wiltshire, tras una breve caminata mañanera desde su casa. Detalles adicionales fueron enviados por fax. Esta entrevista se publicó por primera vez en italiano para Corriere della Sera. La traducción es mía. M.V.P

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V. S. NAIPAUL : Déjeme primero advertirle sobre el alcance de lo que comenzará a hacer y la manera como mejor puede aproximarse al tema. Quiero saber con qué intensidad habla. Vamos a hablar meramente de libros?

MVP : ¿Le gustaría hacerlo?

NAIPAUL : Bueno, es una carrera literaria larga, con muchos libros publicados. Si algo es interesante, es porque es específico y enfocado. Es muy estimulante para mí.

MVP : Uno de sus libros más interesantes es "Un camino en el mundo". ¿Fue difícil escribirlo?


NAIPAUL : ¿En qué forma?

MVP : En cuanto son un montón de piezas o de mundos, que perfectamente encajan como una sola pieza en un solo mundo...

NAIPAUL : Fue escrito como un todo, desde la primera a la última página. Muchos escritores tienden a escribir libros resumidos hacia el otoño de sus vidas.

MVP : ¿Era consciente de que trataba de sumar todo para un resultado?

NAIPAUL : Sí. Lo que las personas han hecho — personas como Waugh y su trilogía de guerra, o Anthony Powell — es crear un personaje como ellos mismos a quien puedan cargarle con todas estas aventuras reinterpretadas. De hecho Powell tiene un personaje que se pasea por sus libros que es como él pero no es él, porque él no juega un papel dominante. Creo que esta es una de las falsedades que la forma le impone al autor, y por muchos años he pensado formas de escape para librarme de eso.

MVP : ¿Cómo que librarse...?

NAIPAUL : ¿Acaso no entendió lo que acabé de decir? ¡Es usted tan joven!

MVP : Adivino que usted se refería al espacio entre Marcel Proust autor y Marcel el narrador de "En busca del tiempo perdido"...

NAIPAUL : No. Pensaba en... bueno, sí, póngalo así. Pensaba que al escribir sobre la guerra, que fue una gran experiencia para él, Waugh tuvo que inventar a Waugh personaje. Cuando fuese que tuviera que escribir novelas, siempre tenía que inventar un personaje que a duras penas fuese parecido a mí. Gasté muchos años pensando como manejaría este problema. La respuesta fue de enfrentarlo valientemente — no crear un personaje ambiguo o tonto, pero crear, como si así fuera, un personaje como etapas de mi propia evolución.

MVP : Me aterra la forma como su autobiografía se topa o choca con la enorme historia Occidental. ¿Es usted conciente que al escribir sobre usted mismo, ha escrito sobre el mundo en general? ¿Usted busca lograr este tipo de relaciones en sus libros, o simplemente surgen espontáneamente cuando escribe?

NAIPAUL : Naturalmente, tenía que desarrollarse, porque se trata de aprendizaje, ¿o no? Nadie puede negar lo que ha aprendido; no puede usted negar sus viajes; no puede negar la naturaleza propia de su vida. Tiene que contenerlo todo para su escritura. ¿Comprende usted lo que le digo?

MVP : Claro que comprendo, pero solo tenía en mente algo un poco diferente.

NAIPAUL : Es joven, inténtelo de nuevo. Rehágalo todo. Que sea simple y concreto, así podremos entendernos.

MVP : Lo imagino a usted como alguien que partió desde un lugar que tenía que dejar atrás pero que se ha convertido— mientras más lo ha estudiado y ha regresado a él — en el centro de los temas que son, también, de enorme importancia para Occidente. Usted se ha referido a Trinidad como 'un lugar minúsculo', pero a medida que escribía, no solo Cristóbal Colón la quería, sino también Raleigh... ¿Cuándo fue conciente de Trinidad como el foco de los deseos de Occidente, lo que es un gran tema?

NAIPAUL : He estado escribiendo por mucho tiempo, ya casi nada. Por casi todo ese período de actividad, a muy pocos le interesaba lo que hacía, así que mis descubrimientos se inclinaron a mis hallazgos privados. Si ha sucedido, si sucedió, solo puedo decir que es una coincidencia. No me había percatado. También, es importante anotar que mi obra no fue política o polémica. Libros así, escritos en los años 50, estarían muertos ahora, salvo los de algunos, como Lessing. Uno siempre debe tratar de ver la verdad de algo, algo capaz de volverlo todo universal.

MVP : Usted mencionó que sus lectores han comenzado a acudir a usted ya tardíamente, incluso más después del Nobel. ¿Cree que hasta ahora el mundo se ha comenzado a desatrasarse con usted? ¿Implica esto un cambio en los lectores, este nuevo interés, o es un cambio en el mundo?

NAIPAUL : Es un cambio en el mundo, no le quepa la menor duda. Cuando comencé a escribir, había enormes porciones de este planeta rechazadas por los escritores al considerarlas como irrelevantes para la literatura. ¿Ha leído usted mi libro, "La pérdida de El Dorado"? Contiene toda una investigación de Raleigh y Miranda. Cuando fue publicado, el editor literario de un importante diario en Londres me dijo que hubiera mejor escrito un ensayo porque el libro no era suficientemente llamativo. Era un imbécil, sin dudas. Pero esto da una idea de cuanto a cambiado el mundo.

MVP : ¿Piensa usted que el mundo hoy entiende mejor el desplazamiento psicológico del que trata en sus libros?


NAIPAUL : Se trata de una condición general hoy. Aún la gente tiene la idea de una sola unidad cultural, que realmente nunca ha existido. Todas las culturas se han mezclado desde siempre. Recuerde usted a Roma: Etruria estaba allí mucho antes, y había ciudades-estado alrededor de Roma. O las Antillas Orientales: gentes de India emprendieron la búsqueda de la más allá India, y luego la influencia musulmana... La gente va y viene todo el tiempo; usted es igualmente, como yo, mezcla de cultura: europea, americana... El mundo siempre ha sido movimiento, y por ende la cultura.

MVP : ¿Entonces cree que usted es un vestigio de este mundo de mezclas?

NAIPAUL : No lo creo. Cuando algo así viene a mi mente, solo puedo pensar en un libro. Uno piensa o cree para escribir un libro: para satisfacer la necesidad, para vivir de ello, para alejarse de un tema, para alterar lo que uno cree que está incompleto y debe mejorarlo. No fui ni soy vocero de nadie. No pienso que nadie me hubiera querido como su vocero.

MVP : Los tres exploradores en "Un camino en el mundo" son regresados a Trinidad a su propio riesgo. Intuyo de sus primeros libros que usted temió que un viaje literario podía convertirse en muchos — que había un aspecto aniquilador hacia ese lugar del cual vino, que ahora quizá en este punto de su vida lo abruma.

NAIPAUL : No debería hablar así. ¡Me ha asustado, en serio! Creo que he hecho viajes a Trinidad que jamás volveré a hacer. Es todo.

MVP : Pero imaginariamente Trinidad lo sigue llamando...

NAIPAUL : No. Creo que agoté a Trinidad en mi imaginación. Verá, un escritor trata con fuerza de ver su niñez como algo vivo, existente aún. La naturaleza de la experiencia de niñez es muy dura de entender, tiene un comienzo, un fondo distante, muy oscuro, y luego un final cuando el escritor se hace hombre. La razón por la cual esta materia prima es tan importante es que el escritor necesita comprenderla para completarla. La niñez se autoalimenta, es en sí, y se completa. Después de que esto sucede, comienzan los problemas. Entonces el escritor depende exclusivamente de su inteligencia, de su fuerza interior. Sí, la obra posterior siempre surge de esta fuerza interior.

MVP : Me pone a meditar mucho ese título, "Un camino en el mundo". Es como un eco del final del Paraíso Perdido, como deambular después de la expulsión. ¿Es ese el mundo al que entra usted cuando sale de casa?

NAIPAUL : Creo que depende del lugar donde uno viva. No... no, dudo si esta es una mala pregunta o si debería responderla. Venga, hágala de nuevo.

MVP : Creo que le pregunto lo que usted entiende por 'mundo'.


NAIPAUL : Veo. ¿La gente puede vivir existencias simples, no? Totalmente metidos en sus vidas, sin pensar. Es lo que hace la mayoría. Creo que 'mundo' es donde alguien entra cuando piensa — cuando alguien se educa, cuando alguien se cuestiona —, pues nadie puede pertenecer al gran mundo y ser totalmente provincial.

MVP : ¿Creció usted con una idea más grande del mundo? ¿Una idea representada por la palabra 'mundo'?

NAIPAUL : Siempre supe que afuera había un mundo. No pude aceptar aquel en el que crecí, el mundo de una sociedad agrícola y colonial. Nadie puede jamás estar más deprimido o sentirse tan limitado en un ambiente así.

MVP : Usted abandonó Trinidad en 1950 para estudiar en Oxford. Cruzó el mar para llegar a una isla más grande y desconocida donde desatar su ambición. ¿Qué buscaba exactamente?

NAIPAUL : Sí, lo confieso, quería ser muy famoso. Quería también ser escritor — escribir libros famosos. Lo absurdo de mi ambición es que en ese momento no tenía idea de lo que iba a escribir. Así que la ambición llegó antes que el material para escribir. El cineasta Shyam Benegal una vez me dijo que siempre supo que quería hacer películas desde que tenía seis años. Yo no fui tan precoz como él: quise ser escritor desde los diez. Fui a Oxford con una beca del gobierno colonial, que garantizaba respaldo para cursar la profesión que uno quisiera. Pude haberme convertido en médico o ingeniero, pero sencillamente solo pensaba en licenciarme en Literatura —no porque fuera Literatura como tal o por la idea de que fuera en Oxford, sino solo porque estaba lejos, muy lejos de Trinidad. Pensé que aprendería de mí en los tres o cuatro años que estaría por fuera. Pensé que encontraría mi tema para escribir y milagrosamente sería así escritor. En vez de aprender un oficio, escogí una banalidad como Literatura — un título universitario completamente inservible, que no tiene aún hoy ningún valor. Pero quería escapar de Trinidad. Estaba oprimido por el aspecto odioso y mínimo de la vida colonial (esto se relaciona más con mi pasado familiar hindú), las intensas disputas familiares en las que las personas eran juzgadas y condenadas según los principios morales de cada cual. No era una sociedad generosa— ni el mundo colonial ni el mundo hindú. Tenía una visión de que en el ancho mundo la gente era apreciada por lo que era, que la gente tendría su valor por quienes eran.

MVP : ¿Totalmente desconectados de la familia a la cual pertenecieron?


NAIPAUL : Sí. Me imaginaba que uno no sería víctima nunca más de los juicios morales. Que la gente advertiría que lo que uno hablaba era interesante, o de lo contrario, para nada interesante. En verdad esto sucedió en Inglaterra — allí encontré un modo mucho más generoso de ver a la gente. A medida que han pasado los años, se ha hecho mucho más generoso.

MVP : ¿Disfrutó su estancia en Oxford?

NAIPAUL : Realmente, odiaba a Oxford. Odio todo lo que tenga que ver con títulos y universidades. Cuando llegué, estaba muy avanzado frente a todo lo que allí encontré. Creo que era más inteligente que muchos compañeros en el College o en mi curso. No exagero, usted lo sabe bien, el tiempo ha comprobado todos estos datos. Además, no veo por qué le mentiría así, una esperanza de escritor en unos años, que espera que le diga cosas buenas. De modo que me había preparado mucho, antes de llegar a Oxford, para enfrentar el ancho mundo. Había (y debe seguir habiéndola) un extraño tipode soledad y desesperación en Oxford. No desearía que nadie nunca pasara por eso. ¡Nadie debería ir a Oxford a estudiar Literatura! ¡Nadie debería estudiar Literatura! Es algo que no hace de alguien un escritor.

MVP : ¿Alguna vez ha pensado en lo que hubiera podido convertirse de haberse quedado en Trinidad?

NAIPAUL : Me hubiera suicidado. Un amigo mío lo hizo — golpeado por el estrés de la aburrición en Trinidad, creo. Era un chico de raza mixta. Un chico querido, y muy inteligente. Fue una gran pérdida.

MVP : ¿Es él el chico que menciona en la introducción de "Una casa para el señor Biswas"?

NAIPAUL : Sí, es el chico del cual le comentaba. Compartíamos admiración mutua. Su muerte fue terrible para mí.

MVP : ¿Todavía siente que quedan en usted heridas de su vida temprana?

NAIPAUL : Creo que fui muy afortunado al escaparme. Pienso qué tan terrible y opresivo fue mi infancia. Ahora puedo verlo más claro de lo que era: la plantación — quizá un apéndice del Nuevo Mundo pero enteramente autónoma. No hay duda que las heridas sanaron porque pensé por mucho tiempo en ellas. Y todavía pienso la suerte que tuve de no destruirme completamente en Trinidad. Desde que llegué a Inglaterra tuve una vida de trabajo, una vida de emprendimiento.

MVP : ¿Por qué escribir ha sido siempre una necesidad central en su vida, como el escape de todo?

NAIPAUL : La escritura para mí ha sido la ambición. O más bien, creo que me motivó el ejemplo de mi padre. Él era un escritor — un periodista, pero también escribía cuentos. Esto era muy importante para mí. Mi padre examinaba nuestro pasado hindú en sus cuentos. Al hacerlo, encontraba siempre que se trataba de un pasado cruel, y a través de sus escritos comprendí que este era un mundo muy cruel. Entonces crecí con la idea de que es importante siempre mirar hacia dentro y no siempre definir un enemigo externo. Debemos examinarnos a nosotros mismos — nuestras propias debilidades. Todavía creo en ello.

MVP : Usted ha dicho antes que la escritura es el único llamado noble de la vida...

NAIPAUL : Sí, para mí es el único llamado. Es noble porque trata la verdad. Uno debe buscar las formas de abordar la propia experiencia. Tiene que entenderla y entender asimismo al mundo. Escribir es un constante deseo de lograr un entendimiento más profundo. ¿Eso es bastante noble, o no?

MVP : ¿Cuándo comenzó a escribir?

NAIPAUL : Comencé a trabajar por primera vez en una novela en 1949. Era toda una farsa, pero tenía una buena idea: un negro en Trinidad que se autoproclamaba como rey con el nombre de un soberano africano. Esta era la idea que intentaba explorar. Se convirtió en unas cuantas páginas escritas porque yo era muy joven y no sabía un abecé de nada. Lo retomé por poquitos antes de huir a Europa, y lo terminé durante unas largas vacaciones en Oxford. Estaba muy satisfecho de terminarlo, porque al menos me dio la experiencia de terminar un libro de muchas páginas. Por supuesto, que nada saqué además de eso de aquel primer libro.Luego, cuando salí de Oxford, ciertamente en buenas condiciones de sufrimiento, comencé a escribir algo intensamente serio. Trataba de encontrar mi propia voz, mi tono, lo que era yo realmente y no quien había prestado a alguien o quien simplemente actuara. Esta voz seria me llevó a grandes lagunas depresivas, que se mantuvieron por un tiempo hasta que alguien al que le envié el manuscrito me sugirió que lo abandonara. Me dijo que eran puras bagatelas. Quise matarlo, pero muy en el fondo de mi corazón sabía que tenía toda la razón. Pasé muchas semanas sintiéndome desolado por dentro porque ya habían pasado cinco años y nada estaba pasándome. Y verá, persistía esta necesidad de escribir. Había decidido que sería mi vida, de lo que viviría y a lo cual comprometería mi vida. Entonces algo inesperado sucedió: de esa oscuridad, di con mi propia voz. Encontré la materia prima que era mi propia voz; confieso que fue inspirada por dos fuentes literarias — los cuentos de mi padre y la picaresca española que usted bien debe conocer, publicada en 1554, "El Lazarillo de Tormes". Es un libro corto sobre un chico pobre que crece en la España monárquica e imperial. Amaba su tono de voz. Uní estos dos ingredientes y encontré que encajaba el resultado perfectamente con mi personalidad: lo que se convertiría en mi originalidad y genuidad fue alimentado por estas dos muy distintas fuentes.

MVP : ¿Y así fue que comenzó a escribir "Miguel Street"?


NAIPAUL : Sí. Es inmensamente duro ser el primero en escribir sobre cualquier cosa. Después que uno lo ha hecho por primera vez, es relativamente más fácil, pues uno copia de lo que ya hizo, se imita de nuevo y termina uno sabiendo perfectamente el camino. Así, el libro que escribí, esa mezcla de observación y folclor y recortes periodísticos y memoria personal, muchas personas podían antes y aún hoy fácilmente pueden hacerlo, pero en ese entonces el formato no era considerado como escritura. Más difícil fue para mí convivir con este libro por cuatro años hasta que le encontré editor. Hoy me molesta su existencia, y creo que es una mácula para mí.

 

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